Si el campo fuera de oro,
y las colinas de plata
y los peces un cristal metalizado,
eso, sería el paraíso, claro.
Si las flores fueran diamantes,
y los árboles fueran azulados
y los barcos navegantes
eso, sería el paraíso, claro.
Y, si las ardillas fueran de bronce,
y los corales fueran de mármol,
Imagínate todas las cosas,
eso, sería el paraíso, claro.
Elsa Álvarez Muñoz